Divergencias en las proyecciones de costos
Guatemala, 3 de mayo del 2008, Avenida número 11. La Corte de Constitucionalidad dictaba sentencia del fracaso de las instituciones de salud pública; 11 Amparos tuvieron que ejecutarse para que algunas guatemaltecas y guatemaltecos tuvieran acceso a su legítimo derecho a la salud.
La justicia no fue pronta ni expedita, los casos llevaron más tiempo del que una persona debería esperar para ser atendida. El entonces procurador de Derechos Humanos de Guatemala, Jorge de León Duque, les había pronosticado a corto plazo: “falta de atención y suministros para el control del virus”. Su intervención sirvió como registro en el juicio de la corte.
Demandar para vivir
En total son 11 amparos promovidos, donde el 81%, los demandantes eran afiliados al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) que no pudieron tener acceso a la salud.
Resalta que durante los años analizados (2002 al 2014) con información de la Red Legal y su Observatorio de Derechos Humanos, VIH y PEMAR, la mayoría de los casos ganados en la corte fueron promovidos por el propio Procurador de Derechos Humanos en Guatemala. Cuando éstos pertenecen a la sociedad civil organizada o particulares, la corte respondió negativamente.
Esconden amparos
El gasto total para atender a las personas que lograron dicha atención mediante un Amparo del que se tiene registro en el portal Guatecompras, asciende a los Q. 344,475.94, sin embargo, no todos los juicios aparecen en esta plataforma.
Los medicamentos que más frecuentemente se requiere abastecer por escasez y que se ganan vía Amparo son el Truvada, Efavirenz y Rosuvostatin y las unidades médicas que más fueron obligadas a adquirirlos fueron: el Hospital General de Enfermedades y la Unidad de Consulta Externa de Enfermedades.
El foco rojo del desabasto
La clínica del IGSS Autonomía ubicada en la zona 9 de la capital, es el eslabón más débil de una cadena que parece fragmentarse. Tan sólo durante el 2017, esa clínica recibió 35 reportes de afiliados que se quejaban por escasez de medicamento antirretroviral durante más de 25 días consecutivos.
Las combinaciones de Transcriptasa Inversa Análoga de Nucleósido (ITIN) son los medicamentos que más escasean. Comercialmente conocido como Truvada, este antirretroviral fue solicitado en más de 35 ocasiones por pacientes que lo requerían, pero los servicios médicos fueron incapaces de otorgarlo.
Divergencias en las proyecciones de costos
Guatemala, 3 de mayo del 2008, Avenida número 11. La Corte de Constitucionalidad dictaba sentencia del fracaso de las instituciones de salud pública; 11 Amparos tuvieron que ejecutarse para que algunas guatemaltecas y guatemaltecos tuvieran acceso a su legítimo derecho a la salud.
La justicia no fue pronta ni expedita, los casos llevaron más tiempo del que una persona debería esperar para ser atendida. El entonces procurador de Derechos Humanos de Guatemala, Jorge de León Duque, les había pronosticado al corto plazo: “falta de atención y suministros para el control del virus”. Su intervención sirvió como registro en el juicio de la corte.
Demandar para vivir
En total son 11 amparos promovidos, donde el 81%, los demandantes eran afiliados al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) que no pudieron tener acceso a la salud.
Resalta que durante los años analizados (2002 al 2014) con información de la Red Legal y su Observatorio de Derechos Humanos, VIH y PEMAR, la mayoría de los casos ganados en la corte fueron promovidos por el propio Procurador de Derechos Humanos en Guatemala. Cuando éstos pertenecen a la sociedad civil organizada o particulares, la corte respondió negativamente.
Esconden amparos
El gasto total para atender a las personas que lograron dicha atención mediante un Amparo del que se tiene registro en el portal Guatecompras, asciende a los Q. 344,475.94, sin embargo, no todos los juicios aparecen en esta plataforma.
Los medicamentos que más frecuentemente se requiere abastecer por escasez y que se ganan vía Amparo son el Truvada, Efavirenz y Rosuvostatin y las unidades médicas que más fueron obligadas a adquirirlos fueron: el Hospital General de Enfermedades y la Unidad de Consulta Externa de Enfermedades.
El foco rojo del desabasto
La clínica del IGSS Autonomía ubicada en la zona 9 de la capital, es el eslabón más débil de una cadena que parece fragmentarse. Tan sólo durante el 2017, esa clínica recibió 35 reportes de afiliados que se quejaban por escasez de medicamento antirretroviral durante más de 25 días consecutivos.
Las combinaciones de Transcriptasa Inversa Análoga de Nucleósido (ITIN) son los medicamentos que más escasean. Comercialmente conocido como Truvada, este antirretroviral fue solicitado en más de 35 ocasiones por pacientes que lo requerían, pero los servicios médicos fueron incapaces de otorgarlo.